
Tomar la decisión de hacerse un tatuaje no siempre corre por una línea recta y libre de información contradictoria. Si ya te has hecho alguno, las cosas no cambian mucho y puede que en muchas ocasiones te encuentres -aún- con una interminable lista de reacciones negativas por parte de las personas a tu alrededor.
Si hay algo contra lo que no podremos ganar jamás los "tatuados" es a los prejuicios basados en la apariencia de las personas y, en este caso, quien discrimina, ataca, ofende o simplemente no acepta a alguien porque está tatuado, denota una falta de cultura tremendo. No es obligatorio que te gusten o los aceptes, pero sin duda esta libertad de elección está lejos de la discriminación.
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